Las frutas son ricas en vitaminas, minerales, antioxidantes, agua y fibra, propiedades que favorecen la salud al fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión y reducir el riesgo de desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, como son las cardiovasculares, cáncer y diabetes.
Un reciente informe de distintos organismos de Naciones Unidas puso en evidencia que el sobrepeso y la obesidad están ganando terreno en América Latina y el Caribe, afectando a más de la mitad de la población adulta de Centroamérica y la República Dominicana y a cerca del 7% de los menores de 5 años.
“Las frutas tienen un gran valor para frenar esta epidemia de obesidad que estamos enfrentando, al ser un pilar fundamental para una alimentación saludable, nutritiva y de calidad”, destacó Adoniram Sanches, coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica. “Garantizar el acceso y fomentar su consumo hoy y desde edades tempranas es una garantía para la salud de las futuras generaciones”, resaltó.
La fruticultura es, además, un sector estratégico para las economías de los países de Centroamérica y la República Dominicana, al representar cerca del 30% de su producción agropecuaria, y para combatir la pobreza mediante la generación de empleo y oportunidades de emprendimiento en las zonas rurales.
La fruticultura, bien manejada, también ofrece grandes aportaciones al ambiente y es fuente de biodiversidad. Por ejemplo, los cultivos perennes o de ciclo largo como cítricos, mango, aguacate y níspero, entre otros, limitan la erosión del suelo, ayudan a mantener los mantos acuíferos y contribuyen a la captura de gases de efecto invernadero.
Por cuarto año consecutivo, los países de Centroamérica y la República Dominicana celebran el Día de las Frutas con el objetivo de resaltar su importancia en las dietas saludables, su contribución a la producción agrícola de la región y sus beneficios para el ambiente.
Desafíos para el desarrollo sostenible de la fruticultura
Sin embargo, la fruticultura también enfrenta desafíos, tales como los efectos del cambio climático en la producción y el impacto de las pérdidas y desperdicios de alimentos. Se estima que 127 millones de toneladas de alimentos se pierden o desperdician cada año en América Latina y el Caribe, de los cuales las frutas y las hortalizas suponen el 55%.
“Impulsar el sector y enfrentar estos desafíos requieren el fomento de políticas públicas articuladas entre los sectores de desarrollo agropecuario, social, ambiente, comercio, educación y salud”, agregó el Coordinador de la FAO. “De esta forma, los países podrán abordarlos de forma integral y aprovechar el potencial del sector para favorecer un desarrollo rural más sostenible e inclusivo y combatir la malnutrición y la pobreza en la subregión”, concluyó.
La FAO apoya a los países de Centroamérica y a República Dominicana en la formulación de políticas diferenciadas y articuladas, que fortalezcan a los agricultores familiares y contribuyan a la diversificación agrícola, el acceso a mercados, capacitación y tecnología, así como hacer frente a las pérdidas y desperdicios de alimentos como una estrategia para combatir el hambre, la pobreza y la malnutrición.
En el marco de la conmemoración del Día de las Frutas en Centroamérica y la República Dominicana (03 de mayo), los países realizan distintas actividades para resaltar el valor del sector frutícola y su contribución a las metas de erradicación del hambre y la pobreza establecidas en la Agenda de Desarrollo Sostenible al 2030. Al mismo tiempo, se trata de sensibilizar a productores, consumidores y funcionarios de gobierno sobre el impacto que tienen las pérdidas y desperdicios de alimentos en el sector.
Fuente: www.eldinero