Por: Félix Santana García.
Mientras más críticas recibe la gestión financiera del Gobierno Central de la República Dominicana, este se empeña cada más en endeudar al país a pesar de que dicho nivel de obligaciones financieras le acaree a la nación consecuencias negativas como le ha sucedido a otras naciones que han llegado a ser hasta excluidas de los mercados financieros internacionales y han puesto en situación difícil al sistema financiero internacional.
El tema viene al caso en razón de que no hace ni cinco meses que Organismos Internacionales de Financiamientos, Agentes Económicos y Público en General hayan solicitado a las autoridades dominicanas que le instale un torniquete a la hemorragia de obligaciones financieras que ha asumido el gobierno dominicano ante los mercados de dinero, divisas y capitales nacionales e internacionales cuando ya vuelve a endeudarse de nuevo por US$500 millones.
Los gobiernos tienen varias alternativas a los fines de agenciarse recursos frescos para gastar o invertir: aumentando las recaudaciones a través de nuevos impuestos y gravámenes, ampliando la base impositiva, mediante el ahorro interno al disminuir o aplicar una eficiente calidad de los gastos publicos, a través de préstamos y emisiones de deudas, entre otros no menos importantes.
Pero las autoridades dominicanas han preferido tomar la vía más expedita o de menos riesgos políticos como son las deudas internas y externas para cubrir los constantes déficits fiscales que año tras año le generan al país producto de la mala administración de los recursos que captan a través de los diferentes medios que tienen a su alcance.
Se expresa que el Gobierno es inconmensurable en el momento de generar más recursos pero también debe serlo cuando de gastarlos o invertirlos se trata.
Ante el barril sin fondo que maneja la administración actual del Estado Dominicano las autoridades deben asumir con mayor responsabilidad y criterio el tema de la deuda pública ya que poco a poco se le está yendo del control de su capacidad de endeudamiento.
Pero ante el problema de los sobornos y sobrevaluación de los presupuestos de distintas obras de capital o de inversiones a largo plazo ejecutadas en el país por la empresa brasileña Odebrecht, el Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social (BNDES) del Brasil entre otros bancos europeos se negaron a financiar específicamente las plantas a carbón de Punta Catalina y en su lugar en el año 2016 el Congreso Nacional autorizó al Gobierno Dominicano emitir bonos soberanos por US$600 millones.
En consecuencia el pasado martes se anunció que las autoridades dominicanas emitieron bonos soberanos por un importe de US$500 millones en los mercados internacionales de capitales a un costo de capital de un 5.10%, plazo 10 años, con el propósito de finalizar la construcción de las señaladas plantas a carbón.
Desde el Ministerio de Hacienda se ha defendido a capa y espada dicha emisión de bonos alegando que la misma ha sido realizada con una reducción en su costo de 85 puntos básicos respecto a la emisión que se realizó el 18 de enero de 2017.
Entre las críticas que se emiten sobre esa nueva obligación financiera es el hecho de que la deuda pública consolidada sobrepasa ya el 52% del PIB y que los gastos financieros y el pago de amortización para este año 2017 ascenderán a RD$117,000 millones que si bien es cierto que el gobierno central ha disminuido sus gastos en unos RD$9,000 millones este se ha debido a la disminución de los gastos de capital, pero no porque hayan disminuido los gastos parasitarios del gobierno.
Otras críticas es el hecho de que se viola la constitución en cuanto a que los gastos deben equiparse con los ingresos del gobierno y que la emisión de los mismos a un costo favorable de 5.10% no es porque el país este aplicando una buena gestión financiera o tenga un riesgo país bajo, sino porque hay una sobreabundancia de liquidez en los mercados de capitales.
También se critica que cada vez que se emiten bonos soberanos no se publica el programa de inversiones que se realizarán con el dinero captado por esas nuevas deudas y que no se comunica para que serán destinados los fondos.
Y que terminar la construcción de las plantas de Punta Catalina con dichos US$500 millones no es sano debido a que las mismas han sido el fruto de sobornos y sobrevaluaciones y que aún la Comisión constituida para emitir un informe sobre la contratación de dichas obras este no haya sido entregado.
Independientemente de que las condiciones para la emisión de dichos instrumentos de deuda a largo plazo por US$500 millones hayan sido bien negociadas, estos US$500 millones vienen a engrosar el endeudamiento público debido a la mala gestión financiera que aplica las actuales autoridades y que desde ya los dominicanos tendrán que pagar con mucho sacrificio a través de impuestos y sin haber participado o disfrutado de las mieles de los sobornos y sobrevaluaciones (Corrupción) de dichas plantas. Está bueno ya de tantos desmanes.
felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com
jpm
Fuente: almomento.net