El Comité Político del Partido Humanista Dominicano (PHD), expresó que el proceso de selección y escogencia, seguido y dirigido por el Consejo Nacional de la Magistratura, de los jueces para las Altas Cortes, una vez más, como en ocasiones anteriores, fue aplastante, avasallante y desconsiderada para la gran mayoría de los postulantes evaluados.
Para esos prominentes juristas y jueces de cortes y tribunales ordinarios, con altos índices de competencia, probidad, integridad e independencia partidaria fue una triste experiencia, fue un engaño, una vergüenza frustrante y desalentadora y una trampa, someterse a ese proceso, cuyo desenlace fue el de postular a jueces marcados y comprometidos con el oficialista Partido de la Liberación Dominicana.
No podemos tratar este tema con rodeos: la gran mayoría de los jueces escogidos en esa cuestionada y contaminada evaluación tienen vinculación política partidaria. Para algunos sectores, se entiende que el éxito de esa selección fue el haber desplazado a los anteriores jueces del TSE, por ejemplo, sin embargo con esa decisión no se puede ni hacer fiesta ni celebrar en los ámbitos de la oposición política del país.
No debemos olvidar, que el anterior Tribunal Superior Electoral contribuyó a querer quebrar, cercenar y debilitar el sistema de partidos de la República Dominicana a través de sentencias sesgadas y mostrencas y que recibieron la censura de amplios sectores de la nación.
En ese sentido la Conferencia del Episcopado Dominicano en comunicado emitido en su asamblea plenaria número 55, exhortó al Consejo Nacional de la Magistratura, previo al proceso de evaluación a “escoger jueces con capacidad política y alto sentido patriótico, de manera que contribuyan al fortalecimiento de ese poder del Estado”.
El Comité Político del PHD recordó que el juez José Alejandro Vargas, coordinador de los Juzgados de Instrucción del Distrito Nacional, presagiando lo que iba a ocurrir en esa evaluación y lo que se tenía montado, decidió con mucha responsabilidad, gallardía, decoro y honor renunciar a sus aspiraciones y de paso dejar el mensaje siguiente:”yo nunca doy decisiones en contra de nadie porque mi corazón no tiene lugar para el resentimiento. Tengo una cultura de juez y el juez es una persona que da decisiones amparado en el derecho y en la Constitución.
Por la trascendental importancia que reviste el ya referido comunicado de la Iglesia Católica Dominicana sobre este tema de la escogencia de los jueces de las Altas Cortes, los obispos plantearon al jurado examinador días antes que “ante la oleada de corrupción que afecta la convivencia pacífica en el país, es necesario institucionalizar la justicia, de modo que nadie pueda ir a los cargos públicos para enriquecerse ilícitamente y de manera impune, privando con ello a amplios sectores de la población del acceso a la alimentación, salud, educación y la vivienda”.
Esperamos estos jueces escogidos por mayoría aplastante del Partido Oficialista, el PLD, no reediten ser una retranca para el sistema judicial, electoral y de partidos políticos y puedan ceñirse a lo expresado por Leonardo Boff en uno de sus brillantes pensamientos “La conciencia juzga, amonesta, corroe por dentro, aplaude y condena”.
Comité Político
Partido Humanista Dominicano