24 AGO 2018/elhumanista.do
Por Món Hernández.
En enero de 2013 el semanario Miami News Times explotó el caso Biogenesis, el mayor escándalo de dopaje vinculado con las Grandes Ligas, que se saldó con 14 suspensiones de jugadores, nueve de ellos dominicanos, entre ellos Alex Rodríguez, Nelson Cruz y Jhonny Peralta.
Un año antes, Melky Cabrera y Bartolo Colón purgaron sanciones por fallar a pruebas y a la poste se confirmó que también eran clientes de la clínica floridense.
El martes próximo saldrá al mercado el libro Baseball Cop: The Dark Side of America’s National Pastime (Policía del Béisbol: El lado oscuro del pasatiempo nacional de América), en el que Anthony Bosch, cerebro de la estructura que ocultaba la hormona de crecimiento en el cuerpo de los jugadores, ahonda en los detalles en un material escrito por Eddie Domínguez, ex investigador de la MLB, FBI y policía retirado, y los periodistas Christian Red y Terri Thompson.
De acuerdo con un extracto publicado por Sports Illustrated en su sitio en Internet, Bosch establecía un campamento en la República Dominicana para trabajar con peloteros criollos y enviaba asociados a hablar con ellos.
“Si querías atraparlos a todos, deberías ir en invierno a Boca Chica, ahí es donde todo, donde todo el trabajo se hacía”, dice Bosch en el libro de 304 páginas, que costará US$22.40 en tapa dura, US$35.00 en audio CD y US$7.98 en la versión digital (Kindle).
“Había un proceso. Era como un proceso de selección, tomaría seis meses. Tenían que pagar un depósito al (asociado); luego (el asociado) me daría el dinero. La mitad del depósito iría para prepararlo todo y luego yo lo comenzaría. Pero solo haría el trabajo en el invierno”, explica Bosch, quien fue sentenciado en 2015 a 4 años de prisión, pero solo cumplió 16 meses por su extensa colaboración con las autoridades.
“Así que rentaba un lugar y el trabajo se hacía en la temporada muerta, así que todos los niveles que estaba midiendo, todos los diagnósticos, todas las pruebas de sangre, cuando mezclara los péptidos (moléculas formadas por aminoácidos) y utilizara diferentes ácidos para asegurarme de que coincidieran con tu pH (grado de acidez) y tu pH esté siempre balanceado, así que todo se hacía allá”, dice el químico de origen cubano.
Atrapados por abuso
Bosch revela que la mayoría de jugadores que se trataron con él había estado abusando de la testosterona por años y en el caso de A-Rod (que le pagaba más para que lo cuidara 24/7) desde el bachillerato y había desarrollado una intolerancia a la droga.
De Rodríguez dice es un “individuo muy inseguro. En cada aspecto”.
Bosch ridiculiza el programa antidopaje de la MLB y cree que no hay alguno que sea efectivo en los deportes, aunque el del béisbol es “el mejor de lo peor”.
“La menor de mis preocupaciones era (que jugadores) orinaran sucio. Los que lo hicieron fueron esos que pensaban que yo era invencible y que yo podía arreglarlo todo, y no siguieron protocolos”, dijo Bosch.
Puso el ejemplo de Ryan Braun, quien asegura cometió un exceso en el consumo de una pastilla que tenía que ingerir en el primer capítulo y para el quinto ya habría desaparecido del cuerpo, lo que dificultaba ser descubierto, ya que los jugadores no son examinados durante los juegos.
Bosch describe la política de dopaje como llena de orificios, incluyendo la fecha y el lugar donde los jugadores son examinados. “No comenzaba a trabajar hasta la medianoche y no terminaba hasta las 5:00 AM. Ese era mi día de trabajo con esos atletas. Nunca me vería durante el día con esos tipos. Lo hacíamos todo en el medio de la noche… Aún si quería utilizar testosterona, todo correcto. Vas a recibirla a las 12 en punto de la medianoche y para las 9:00 AM, 10:00 AM, está fuera de tu sistema”.
Castigo débil
Bosch define el estímulo para doparse como “simple matemática” y pone el ejemplo de Melky Cabrera y el gran contrato que consiguió una vez cumplió la sanción.
“Veamos, soy el cuarto jardinero y gano US$1,1 millones. Me dopo y en mi año de agencia libre, si me convierto en jardinero titular, veamos, gano US$4.3 millones. Me atrapan, pierdo US$500,000. Pero gané US$4 millones. Simple matemática. Mira a todos esos tipos que fueron atrapados, consiguieron mejores contratos después, incluyendo Melky. ¿Cómo vas a derrotar el sistema si estás premiando a esos tipos? ¿Ahora el Salón de la Fama? M… para el Salón de la Fama. (A los jugadores) no les importa el Salón. (A los jugadores) les importa el dinero, hermano. Esto es un negocio. No hay, sabes, palmadas en el trasero. Buen juego. Eso está en TV”.
En Borinquen
Domínguez toca el caso de Puerto Rico, que es otra sede donde se aplicaban programas para burlar el sistema con atletas de renombre.
Cita el caso de un farmacéutico que asegura haber sido requerido por un miembro del Salón de la Fama al final de su carrera, pero que cuando le hizo la prueba de sangre rechazó trabajar con él, ya que había utilizado sustancias para mejorar el rendimiento y no podía ayudarlo.
Otro médico puertorriqueño tenía su oficina en un centro comercial donde tenía fotos de leyendas latinas que asegura se habían dopado con él. El médico cerraba su consultorio por meses para ir a trabajar con peloteros en los campos de entrenamiento.
Fuente/Diario Libre//Versión Nathanael Pérez Neró