16 DE ENERO,2019.-
Por: Ramón Emilio Goris T.
Santo Domingo.- Con indignación y tristeza observamos como muchos dominicanos de esos que se auto proclaman líderes políticos, de manera irresponsable y perversa, han trabajado para hacer de nuestro país un pueblo de tarados mentales, usando la política como un negocio, una comedia , un chiste, un circo, un hazme reír, un relajo, un show vergonzante, ridiculo y de mal gusto.
Con su comportamiento al margen de la justicia, la ley, la institucionalidad, la ética y la moral esos irresponsables han desacreditado una actividad tan hermosa y útil como es la política, a la que el Patricio Juan Pablo Duarte calificó como la ciencia más pura después de la filosofía.
La función de la política es servir con transparencia y entrega al interés social y colectivo, al interés público; especialmente a los más vulnerables por ser los verdaderos hijos de Dios.
Pero resulta que estos personajes por carecer de dignidad, patriotismo, valores humanos éticos y morales, usando sus recursos económicos, generalmente mal habido, ponen en función el circo y aprovechándose de las múltiples limitaciones que padece nuestro pueblo ponen a girar al público en torno a su espectáculo de mal gusto y embrutecedor generando discusiones insustanciales en torno al mismo para entretener la gente y mantenerla engañada y anestesiada.
Se burlan de los más pobres a los que tratan con total irrespeto, se aprovechan de los recursos económicos que poseen y del poder social y político que ostentan para usar y poner a su servicio las instituciones y las leyes del país, como tratando de decirle al pueblo que todo lo que ellos hacen les luce, que son los dueños y señores de esta tierra y que “ el poder es para usarlo».
En esa visión se enmarca el irrespetuoso comportamiento de Danilo Medina quien anda «como Perro por su casa» promoviendo su candidatura presidencial para las elecciones de aňo 2020, en franco desafío y violación a la Constitución de la República Dominicana, la cual es clara y expresa de manera taxativa que el presidente Danilo Medina no puede presentarse como candidato presidencial para las próximas elecciones del aňo 2020, agravado con el hecho de que la campaña electoral legalmente no está abierta y de que todo funcionario que aspire a un cargo electivo debe previamente renunciar al mismo.
Pero resulta que la institución que está llamada a organizar las elecciones y a la aplicación de las leyes en materia electoral, es la Junta Central Electoral y parece ser que esta institución esta inmersa en la aplicación de la ley de partidos y agrupaciones políticas ( 33-18 ) y a espera de las inminentes modificaciones a la ley electoral.
Pero mientras eso sucede, insistimos, el Presidente Danilo Medina está promoviendo sus aspiraciones al margen de la Constitución Dominicana la cual en su artículo 124 establece que el Presidente de la República “…no podrá ser electo para el periodo constitucional siguiente “, y en violación a la vigésima disposición transitoria de la misma constitución.
«El presidente o vicepresidenta de la República podrá optar por un segundo período Constitucional consecutivo y no podrá postularse jamás al mismo cargo ni a la vicepresidencia de la República «.
En similar desafío y violación a nuestra Carta Magna está Ranffi Trujillo (nieto del tirano Rafael L. Trujillo), quien ilegalmente se encuentra recorriendo el país promoviendo sus aspiraciones presidenciales y haciendo ostentación de poderosos recursos económicos también en franco desacato a la Constitución Dominicana la cual en su artículo 20 párrafo único indica que “Las dominicanas y los dominicanos que adopten otra nacionalidad NO podrán aspirar a la presidencia de la República“ … si renunciaren a la nacionalidad adquirida con diez años de anticipación a las elecciones y residieren en el país durante los diez años previos al cargo“, requisitos que No cumple este personaje.
Asumimos que las autoridades de la Junta Central Electoral debe asumir con todas sus implicaciones la responsabilidad de hacer cumplir la ley sin distinción alguna, ya que eso no debe continuar así.
Las autoridades deben fortalecerse aplicando y poniendo en prácticas las atribuciones que la ley les confiere. Nadie puede estar valiéndose del poder para hacer ostentación de sus riquezas y cargos en detrimento de socavar la institucionalidad del país. Corresponde a la JCE detener ese relajo y esa burla a nuestra Ley de leyes.
Ramón Emilio Goris T.
Secretario General del PHD.-